DOBLE TRABAJO

<p>Hay madres que trabajan asalariadamente y hacen malabares para combinar su vida diaria con el cuidado de sus hijes y del hogar. Hay madres que lograron un equilibrio bastante sano y pueden maternar y trabajar de manera flexible. Hay otras que deciden no trabajar fuera de casa para dedicarse de lleno a la crianza de sus hijes. Hay otras que no tienen ese privilegio y no pueden trabajar porque el sistema las desplaza y si trabajan son empleos precarizados que empujan a la pobreza. Hay muchas realidades, pero en casi todos los casos, el cuidado de la casa y de les hijes recae en nosotras. Y eso es un trabajo no remunerado, invisible, injusto. Solemos dedicarle el doble de tiempo diario que los hombres a las tareas domésticas. La desigualdad es enorme. Y el Estado no lo contempla. De eso hablamos en este episodio, acentuando el carácter político de la maternidad.</p>
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Hay madres que trabajan asalariadamente y hacen malabares para combinar su vida diaria con el cuidado de sus hijes y del hogar. Hay madres que lograron un equilibrio bastante sano y pueden maternar y trabajar de manera flexible. Hay otras que deciden no trabajar fuera de casa para dedicarse de lleno a la crianza de sus hijes. Hay otras que no tienen ese privilegio y no pueden trabajar porque el sistema las desplaza y si trabajan son empleos precarizados que empujan a la pobreza. Hay muchas realidades, pero en casi todos los casos, el cuidado de la casa y de les hijes recae en nosotras. Y eso es un trabajo no remunerado, invisible, injusto. Solemos dedicarle el doble de tiempo diario que los hombres a las tareas domésticas. La desigualdad es enorme. Y el Estado no lo contempla. De eso hablamos en este episodio, acentuando el carácter político de la maternidad.
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