Mike el Galés es, como su propio nombre indica, de Gales. Lleva un tiempo entre nosotros, y nos quiere contar lo que opina sobre algunos de nuestros comportamientos más típicos.
Charly Taylor es un inglés afincado en Zaragoza y, como tal, tiene mucho que decir respecto a nuestras diferencias con los anglosajones. Una cosa tiene clara, nosotros hablamos de más y decimos más tacos.
Carlos odia a los “niños cabrones” y le ponen nervioso algunas cosas, especialmente las primeras citas. Esto solo le lleva a tener una visión algo neurótica de la vida.
Los teléfonos inteligentes han llegado para quedarse. Y a un chico de Valencia como Rubén, hay cosas de estas nuevas tecnologías que le ponen muy nervioso.
Fran el Chavo recuerda su infancia con cariño, las fiestas de Valladolid, las visitas al gordólogo y especialmente los consejos tan prácticos que le ha dado siempre su padre.
La gente lo está pasando mal en estos tiempos de desengaño con la política nacional. Para Denny, el problema está claro: ahí arriba no manda quien tiene que mandar.
El lema que Rovira lleva por bandera es sencillo: "a mí que no me estreses" y, según él, para conseguirlo nunca te debes echar una novia que esté demasiado buena.
Encontrar a tu media naranja puede ser un trabajo excesivamente complicado, sobre todo si nos guiamos por las series que emiten por la tele. A Quique Matilla le gusta reflexionar sobre las relaciones de pareja, especialmente sobre la utilidad de los...
Mariano es Argentino, pero no de esos con un ego desbordante, sino más bien del tipo cuarentón abrumado por la tecnología que sigue sin entender a sus novias, sobre todo si son más jóvenes que él.
Juan Dávila es un chico sencillo, alegre, que ha pasado, eso sí, por algunos desengaños en cuestión de amores, pero que mantiene la ilusión por las cosas bonitas.
Chico Requena es de Málaga, pero el tema del atentado del 11-S, que no le pilló muy cerca, le agobió bastante. ¿Qué pasó desde el 11-S hasta que muere Bin Laden?
Tian Lara ama a los animales, menos a los chihuahuas, casi tanto como odia a sus amigos treintañeros con hijos que solo le ofrecen planes aburridos. Motivos suficientes para reírse por no llorar.