Sánchez se vende, pero España no
Sánchez ha vendido su alma, su conciencia y sus principios para comprar la presidencia del Gobierno. No es un caso extraño, porque mucha gente tiene un precio. El suyo es La Moncloa. Era un fervoroso bipartidista, defensor de la unidad de España y...
Sánchez ha vendido su alma, su conciencia y sus principios para comprar la presidencia del Gobierno. No es un caso extraño, porque mucha gente tiene un precio. El suyo es La Moncloa. Era un fervoroso bipartidista, defensor de la unidad de España y feroz enemigo de Puigdemont. Ahora es un digno sucesor de la iniquidad de Carlos IV y Fernando VII. Ha convertido Waterloo en el escenario de unas nuevas abdicaciones de Bayona. Solo falta elegir quién es el moderno Godoy. Aquellos reyes entregaron España a Napoleón y Sánchez lo ha hecho a Puigdemont, porque antes le entregó su parte del botín a Junqueras.