El fracaso del feminismo partidista

La igualdad de la mujer es un objetivo que debería afrontar la sociedad española desde la unidad y el compromiso. No debería ser la bandera de ningún partido y menos con un objetivo partidista. Es una evidencia histórica que las mujeres han sido...
La igualdad de la mujer es un objetivo que debería afrontar la sociedad española desde la unidad y el compromiso. No debería ser la bandera de ningún partido y menos con un objetivo partidista. Es una evidencia histórica que las mujeres han sido injustamente tratadas en un mundo marcadamente machista. El debatir esta cuestión es absurdo. Es una realidad. No se pueden esgrimir casos aislados para justificar o minimizar una enorme injusticia. Por supuesto, han existido mujeres que han tenido un papel público relevante, pero su número es tan pequeño antes del siglo XX que resulta, dicho respetuosamente, intrascendente. Algunas fueron reinas por derecho propio y entre ellas emergieron figuras deslumbrantes, pero siempre en un mundo dominado por los hombres. No es casual que sus colaboradores más estrechos fueran, precisamente, del sexo masculino, porque hubiera sido impensable que no lo fueran los ministros, los funcionarios o los militares. A esto hay que añadir las discriminaciones legales o la violencia que sufrían. Era, desgraciadamente, algo normal, aunque no significa que todas las mujeres fueran maltratadas. En cualquier caso, nada puede justificar esta terrible injusticia que ha durado milenios.