Armengol, la apologeta del sanchismo
La presidenta del Congreso muestra una fidelidad indestructible a Sánchez. Es cierto que alcanza los niveles propios de una acólita, pero es muy útil a su señor. Al igual que los antiguos soldados iberos hace gala de esa «devotio» a su jefe militar...
La presidenta del Congreso muestra una fidelidad indestructible a Sánchez. Es cierto que alcanza los niveles propios de una acólita, pero es muy útil a su señor. Al igual que los antiguos soldados iberos hace gala de esa «devotio» a su jefe militar que les hizo tan valiosos en las guerras en las que participaron. La virtuosa Francina es leal, mantiene la palabra y ejerce su compromiso sin importarle cualquier exceso dialéctico o tropelía institucional. Hay que reconocer que es una auténtica apologeta del sanchismo. Al igual que los escritores del cristianismo primitivo defendían la fe cristiana de las acusaciones de los paganos, ella deslumbra entre los palmeros del líder socialista.